La sociedad, una misión divina
diciembre 19, 2023 at 10:17 ,
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Por: Urban Skargren.
Como cristianos de hoy, caemos fácilmente en la clásica dicotomía entre lo espiritual y lo secular. Lo espiritual incluye el culto, la oración, la lectura de la Biblia, la evangelización y mucho más. Nuestro discurso en este ámbito de la vida suele referirse a nuestro amor, el carácter y nuestro servicio en la iglesia.
La parte "mundana" de nuestras vidas incluye todo lo demás: el trabajo, la escuela, la salud, el ocio y todo lo que hagamos fuera de la vida eclesial. En esta parte, nos gusta hablar de cómo creemos que debería ser la sociedad y cómo debería gestionarse la política. Mientras que en nuestra comunidad cristiana solemos limitar nuestro diálogo respecto la "sociedad" a temas de la moral y la ética.
"Sociedad" - así es como quizá podríamos resumir la esfera en la que vivimos fuera de la iglesia. ¿Cómo es en realidad una visión bíblica de la sociedad? Aquí podemos reflexionar sobre el significado real de "sociedad". Podríamos definirla como el ámbito de la vida humana. Incluye a las personas y su entorno: "hardware" como edificios, calles y plazas, pero también "software" como la ciencia, la educación, la sanidad y los medios de comunicación. ¿Dónde encontramos en la Biblia algo sobre nuestra relación con la sociedad?
Para llegar al meollo de la cuestión, tenemos que remontarnos al principio de la Biblia, al Génesis 1. Aquí encontramos los principios de la vida humana. Después de crear al hombre en forma de varón y mujer, Dios los bendijo y les dijo: "Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo (Génesis 1:28)
Este primer y fundamental mandamiento para el hombre se conoce como el "mandamiento cultural" y estaba dirigido a la humanidad en su conjunto, no sólo a Adán y Eva. También podríamos llamarlo "el mandamiento de la civilización" o incluso "el mandamiento de la sociedad". Contiene varias partes:
1) "Sean fructíferos y multiplíquense", una llamada a formar familias.
2) "Llenen la tierra", una llamada a extenderse geográficamente, a explorar nuestro planeta.
3) Dominen a la creación. "Dominar" también puede traducirse como "gobernar sobre". Estamos llamados a gobernar responsablemente sobre toda la creación.
A juzgar por el orden, la formación de familias es la misión más importante del hombre. Esto implica un liderazgo responsable que requiere sabiduría amorosa. Así, la Biblia también afirma que las civilizaciones están formadas fundamentalmente por familias. "Como va la familia, así va la nación, y así va todo nuestro mundo", ha dicho un famoso papa.
Gobernar la creación es una tarea casi igual de poderosa y digna de confianza. Esto incluye cuidar de nuestro mundo de forma sostenible y a largo plazo. Para ambas tareas, Dios nos eligió para ser sus propios representantes en la tierra -sus administradores- y, como estamos hechos a imagen de Dios, podemos dirigir y gobernar en cierto modo como Dios lo habría hecho. Dios nos ha llamado a construir civilizaciones y a administrar la creación.
Podemos observar que este mandato básico y primordial para el hombre fue dado antes de que el pecado -nuestro rechazo de Dios- entrara en el mundo. Esto es importante. Significa que el plan de Dios para el hombre siempre fue salir al mundo y crear comunidades. A menudo podemos pensar que si el hombre no hubiera pecado, habríamos permanecido en el Edén en una especie de paraíso. Salir a la sociedad y trabajar con el sudor de nuestra frente, por otra parte, se convierte en un mal necesario, un castigo que recibimos a causa del pecado. Nuestra misión como cristianos se limita entonces a evangelizar y esperar el día de la salvación. Con esta perspectiva, deberíamos dejar la sociedad y su liderazgo a los impíos, mientras los cristianos nos dedicamos a las cosas espirituales, más elevadas.
Sin embargo, como hemos visto, según la Biblia, nuestra misión desde el principio fue salir a crear civilizaciones y responsabilizarnos de ellas. Era una buena misión para ser llevada a cabo por una buena raza humana, y aunque los humanos estemos bajo la influencia del pecado, esta sigue siendo nuestra misión primordial del propio creador. Somos y seguimos siendo constructores de sociedad.
Pero, ¿por qué se entregó el Edén al hombre? ¿No era un lugar de reposo, dedicado únicamente al recreo y el disfrute? Bueno, si vamos a creer las imágenes de nuestros libros infantiles, probablemente se trataba más bien de una tranquila existencia en la selva. ¿Cómo puede eso representar una misión de construir la sociedad? Veamos lo que dice la Biblia.
"El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo conservara" (Génesis 2:15) En primer lugar, podemos ver que no dice "para disfrutarlo", sino para "cultivarlo y conservarlo". Quizá podríamos preguntar a un jardinero qué significa "cultivar y conservar" en términos de planificación, cuidado y atención. La palabra "Edén" también es interesante. ¿Qué es en realidad? En inglés, se usa la palabra "garden", lo que significa jardín o un parque bajo el cuidado de alguien. Un jardín no es normalmente salvaje, sino un lugar de orden y belleza. Quizá, después de todo, el Edén no era tan salvaje y descuidado.
Al colocarnos a los humanos precisamente en un jardín antes de que saliéramos al mundo, Dios nos dio un modelo para nuestra gran tarea: igual que debíamos cultivar y preservar el hermoso jardín del Edén, debíamos construir civilizaciones y cuidar la creación con el mismo cuidado, con la misma bondad, con el mismo orden y con la misma belleza. El Edén simplemente fue un primer curso práctico básico.
La gente contemporánea puede pensar a menudo en la "civilización" como un lugar de maldad, opresión y propósitos distorsionados. Muchos incluso anhelan alejarse de la civilización y volver a la naturaleza libre y pura. Pero entonces deberíamos recordar que el propósito de Dios para las civilizaciones es bueno. Están destinadas a ser lugares de orden, belleza y bondad, como al principio de la Biblia, como en el Jardín del Edén.
Esto nos lleva de nuevo a la cuestión de nuestra visión dividida del mundo y de si realmente tenemos una visión bíblica de la sociedad. Según la Biblia, la sociedad -de la que la familia es el bloque básico de construcción- es una misión fundamental para los seres humanos, una misión buena y hermosa de Dios, una tarea para crear orden y belleza. Construir comunidades es nuestra tarea primordial.
Tal vez nos preguntemos, entonces, ¿no es la Gran Comisión de Jesús nuestra misión primordial como cristianos? ¿Seguro que nosotros, que hemos sido salvados de los males de este mundo, ni siquiera deberíamos involucrarnos con el mundo, con la "civilización" y sus retorcidos propósitos? ¿Seguro que nuestra tarea principal es evangelizar, hacer discípulos y bautizar a la gente? Además de casar y enterrar, podría añadir alguien.
Jesús dijo: "Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones. Bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñadles a guardar todo lo que yo os he mandado". (Mateo 28:19-20)
"Hacer discípulos" significa hacer que otros sigan a Jesús, enseñándoles lo que él enseñó. "Enséñales a guardar todo lo que os he mandado", subraya Jesús. Jesús estableció un nuevo pacto, el Nuevo Testamento como también lo llamamos, pero no lo vio como una contradicción con el antiguo pacto. Más bien, Jesús trató de restaurar la voluntad original de Dios para con la humanidad. Dios no había descuidado ni cambiado esta voluntad, era el hombre quien se había desviado de ella. Por eso, Jesús se refirió a menudo al principio mismo de la creación. Por ejemplo, sobre la cuestión del matrimonio, dijo: "¿No habéis leído que desde el principio el Creador los hizo varón y hembra?". (Mateo 19:4), luego citó palabra por palabra lo que Dios había dicho en Génesis 2:24, antes de la Caída. Jesús señaló la naturaleza del orden que Dios había establecido desde el principio.
Por tanto, podemos confiar en que las palabras de Jesús "todo lo que os he mandado" incluyen también el cumplimiento de nuestra misión original como seres humanos, la que hemos desarrollado en lo anterior.
¿Qué implicaciones tiene esto para la forma en que los cristianos contemplamos las cuestiones sociales? Pues, la sociedad no se convierte en algo "externo" que observamos desde la distancia y por lo que nos contentamos con rezar, aunque sea con gran celo, sino que nos damos cuenta de que es nuestra responsabilidad tanto modelar la sociedad como gobernarla responsablemente. Por ende, cuando el mal y sus valores quieren ganar terreno en nuestra civilización, los cristianos debemos preguntarnos: ¿estamos cumpliendo nuestra misión fundamental como seres humanos?