La famosa "Socialización"
Por Nohemí Quero de Legorreta.
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas... y a tu prójimo como a ti mismo". Mt.22:36-40
Así que para nosotros como papás que iniciaban Discipulando en el Hogar a nuestras pequeñas, aún mejor que enseñarles a socializar, en Su gracia Dios nos permitió enseñarles la aplicación de esta llamada "Regla de Oro", tanto en familia como dentro del Cuerpo de Cristo y con los incrédulos. Qué liberador fue para mí como mamá no preocuparme por los estándares del mundo y enfocarme en lo que la Palabra enseña.
Hoy en día, el énfasis en el "Yo" de la valorada "inteligencia emocional", nos vuelve dependientes del "Qué dirán", nos causa "Temor al hombre", en contraste con el "Temor de Dios" que nos produce amar y servir como Jesús. Como hijos de Dios, Él ha llenado nuestra necesidad legítima de aceptación, haciéndonos "aceptos en el Amado" Efesios 1:6 y nos insertó en una familia consanguínea y una espiritual en donde aprender a relacionarnos. Es en la Iglesia donde como familia hemos desarrollado nuestras amistades y el núcleo de nuestra convivencia pues "La amistad con el mundo es enemistad con Dios". Stgo. 4:4.
"Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que la ley del Señor está su delicia y en Su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prospera. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento". Salmo 1
El Salmo 1 refleja para mí una de las metas del Discipulado en el Hogar más importantes en contraste con la famosa "Socialización" y es una promesa de increíble alcance y bendición que nuestro Dios nos concede, pero que también implica un compromiso total. "El todo por el todo". Es decir: "Ustedes se consagran y santifican para mí en TODO y yo me comprometo a bendecirles y prosperarles en TODO".
Como he comentado antes, obviamente nuestro enfoque al criar a nuestros hijos es totalmente distinto al de este mundo. No nos debe preocupar la "terrible amenaza de que serán unos inadaptados sociales" o "que por no estar acostumbrados a estar en contacto con el mal, a la primera oportunidad de verse en un ambiente fuera del hogar, caerán en las peores tentaciones".
Respecto a que sean unos "inadaptados sociales", la verdad es que eso es lo que significa ser un hijo de Dios y a nuestros hermanos de la antigüedad nunca les detuvo este pensamiento para ir contracorriente en cada etapa de la Historia, aún a costa de sus propias vidas. No queremos que nuestros hijos se conformen a este siglo, sino que lo confronten con su testimonio. En esta tierra hemos de sufrir persecución y ataques porque este no es nuestro hogar. Y al DISCIPULARLOS EN EL HOGAR les debemos dar las herramientas mentales y de carácter para estar preparados y afirmados en las Escrituras y no en "las vanas sutilezas y huecas filosofías" que se cultivan en las escuelas hoy en día. Así que más que una ofensa, "ser inadaptados sociales" es un cumplido!
La realidad es que sacarlos del sistema escolarizado no los "blinda" en automático contra el mal, ni es garantía en sí mismo. Nuestra responsabilidad de sembrar en ellos es real, pero son ellos los que a fin de cuentas tomarán sus propias decisiones, van a equivocarse, pero Dios siempre cumple sus promesas. Así que de acuerdo a este Salmo, hay dos aspectos que sembramos al DISCIPULARLOS EN EL HOGAR que prometen hacer la diferencia para cosechar la bendición de esos árboles que dan su fruto a su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prospera. Una son sus relaciones interpersonales y la otra es su relación con la Escritura.
"El que anda con sabios, será sabio, más el que anda con necios, será quebrantado". Proverbios 13:20